El cambio climático amenaza a nuestros océanos y a muchas de las especies que lo habitan.
Las focas comparten el medio marino y terrestre durante su ciclo vital, por lo que se ven afectadas por los cambios que acontecen en ambos medios. De hecho ni las especies de focas más escasas, ni las más abundantes se libran de la amenaza climática. ¿sabes por qué?
Algunos de los factores que parece que podrían afectar a estas especies son:
- Durante los últimos 50 años los cambios en los patrones meteorológicos han provocado un incremento de los eventos extremos como las olas de calor, tormentas o incremento de la intensidad de las precipitaciones. Estos eventos pueden tener consecuencias para estas especies que viven entre el mar y la tierra. Aunque el incremento de la temperatura podría ser una ventaja para las especies más norteñas, los eventos climáticos extremos en las zonas más frías pueden afectar a la respuesta de termorregulación para luchar contra la pérdida de calor, o puede ocasionar un sobrecalentamiento de las crías en las áreas más cálidas.
- El cambio climático puede favorecer la desaparición de muchas de las áreas de descanso, por inundación o por derretimiento de glaciares o zonas de heladas que usan para el descanso, y que además pueden favorecer la competencia entre especies de focas que usan recursos similares.
- también puede provocar cambios a gran escala en la disponibilidad de presas y en el incremento de la competencia interespecífica con otras especies reduciendo la supervivencia o su capacidad reproductiva. De hecho, la mayoría de las crías tienden a morir por deficiencias nutricionales.
- el aumento de la temperatura del mar o el incremento de la escorrentía puede favorecer la biotransformación de los contaminantes, siendo mucho más accesibles y entrando en la red trófica
- El cambio climático favorece cambios en el área de distribución de las especies de patógenos; que pueden alterar la dinámica huésped-parásito, los cambios en el ciclo vital, el aumento de la virulencia y los patrones imprevisibles de las enfermedades. Además, el estrés fisiológico mediado por el clima junto con una mayor exposición a contaminantes ambientales comprometen la función inmunitaria del huésped y, por tanto, aumentan la aparición de enfermedades oportunistas.
- A medida que el hielo marino disminuye, se establecen nuevas rutas marítimas, o se incrementa la accesibilidad, lo que aumenta el tráfico de buques y personas. Esto dará lugar a incrementar la contaminación acústica, química o biológica.
Estas especies además se enfrentan a múltiples factores de estrés antropogénicos pueden afectar negativamente a algunas poblaciones y especies de focas Es necesario coordinar los esfuerzos con un enfoque de gestión espacialmente explícito que incluya las respuestas específicas de la población a los factores de estrés conocidos.
Aunque las costas españolas nos son muy prolíficas en focas. Se pueden llegar a observar tres especies y alguna más que aparece muy esporádicamente. La foca común y la foca gris so las más frecuentes, por lo general son individuos extraviados que aparecen durante los meses invernales.
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